Es un juego espontáneo en el que los niños se desenvuelven con su cuerpo de manera no planeada. En un momento determinado se ponen a su alcance ciertos materiales y juguetes, sin embargo,  nunca se puede saber lo que harán con los mismos.

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Entre los 2 y los 6 años es cuando aparece el juego simbólico. Los niños juegan a imitar: juegan a que cocinan, a mamás y papás, a que es conductor de trenes, héroes, etc. Por lo general, se desarrollan con mayor tranquilidad, y en el aula puede realizarlo perfectamente. Lo ideal para el desarrollo del juego, es que haya suficiente espacio para realizar movimientos corporales cómodamente.

 

FotoEl niño tiene que ser capaz de reorganizar el área durante el tiempo de juego: debe sentirse libre para crear su propio espacio con mesas, sillas, cajas o construcciones, que se convertirán en cocinas, salones, cabañas o vehículos.De esta forma, el juego se convierte en una actividad en la que interviene todo el cuerpo, no solo la punta de los dedos para mover pequeñas piezas sobre una mesa.

 

Ventajas

  • Desarrollan y fomentan su creatividad, imaginándose que son a quienes imitan.
  • Aprenden a ser autónomos: desarrollan la capacidad necesaria para no depender de nadie a la hora de entretenerse.
  • Aprenden a tomar sus propias decisiones: deben decidir a qué van a jugar, qué elementos van a utilizar o incluso cuáles son las normas que van a existir si se van a entretener con más amigos.
  • Les sirve para aprender a divertirse con lo que tienen.
  • Se mantienen activos.

Por ello, todas las semanas en la clase de 3 años C encontramos nuestro momento para jugar en el aula, a parte del juego en el patio cuando vamos al recreo.

Nos encanta sacar los juguetes. Pero cuando llega la hora de acabar también es importante guardar, nosotros solos, los juguetes que hemos estado utilizando.

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