Para desarrollar nuestra inteligencia emocional, hemos incorporado a nuestras rutinas diarias las piruletas de las emociones.
Todas las mañanas contamos cómo nos sentimos y qué es lo que nos hace sentirnos así. Después tenemos que elegir la piruleta que se corresponde con nuestra emoción. A lo largo del día, si nuestra emoción cambia podemos contar a nuestros amigos qué nos ha hecho cambiar y porqué y volveremos a elegir la piruleta correspondiente. Así somos conscientes de cómo las emociones van cambiando a lo largo del día. Más adelante iremos incorporando emociones nuevas para poder ampliar nuestro vocabulario y así, esto nos ayudará a poder explicar lo que sentimos con más facilidad.
A continuación os enseñamos qué emociones hemos elegido y porqué:
¡Qué bueno!
¡Qué piruletas más chulas!
Así los peques aprenden y exteriorizar a través del juego lo que sienten.
Muy buena idea profe.
Gracias.