Las primeras experiencias de un niño o niña en el medio acuático son de gran importancia, ya que se graban en él afectiva y sensitivamente y promueven conductas futuras de agrado o desagrado.

EL NIÑO Y EL MEDIO

Las experiencias en el agua deben ser agradables y motivadoras, por lo que en principio, nuestro objetivo no es que aprendan a flotar ni a nadar, es “simplemente”, que estén contentos en el agua. Para esto vamos a crear, entre el tutor, el socorrista, vosotros como familia y yo misma un ambiente relajado en el que el niño disfrute. De ahí que el aprendizaje tenga carácter lúdico, sobre todo en las primeras sesiones, cuyo fin es el de despertar el interés del niño y ayudarle a vencer posibles miedos.

Al crear un ambiente distendido estaremos colaborando a que el niño adquiera confianza con el profesor, algo importantísimo para el desarrollo de las sesiones y para el desarrollo personal del niño.

Las actividades y dinámicas que se van a realizar estarán adaptadas al nivel del niño, nunca se les va a pedir nada que no sean capaces de hacer. En relación a esto, el profesor le brindará la ayuda que necesite para realizar la actividad, así como las explicaciones necesarias para su comprensión.

Las pautas de progresión las marcará cada niño, no os agobiéis si vuestro hijo o hija no lleva el mismo ritmo que alguno de sus amigos, es totalmente normal, cada uno necesitamos nuestro tiempo.

EL NIÑO Y LA FAMILIA

En las primeras sesiones puede ser que el niño llore, esto no significa que el agua le desagrade, puede haber otras causar como por ejemplo:

  • es una situación nueva que desconoce y ante la que necesita un periodo de adaptación.
  • Están acostumbrados a estar en la piscina de verano en la cual están “a su aire” y ahora las actividades son dirigidas y eso, en ocasiones, se tarda en asimilar.
  • Que el tiempo que están en el vestuario (vestirse y desvestirse) les cueste o no les guste

Ante esta situación, vosotros, como familia, no debéis ceder a los chantajes de los niños, es vital que no caigáis en esa trampa, puesto que lo único que lograríais es que vuestro hijo o hija utilice ese recurso para conseguir lo que quiere.

Es muy importante que les motivéis (no confundirlo con chantaje), y es que, al igual que no debemos dejar que ellos nos chantajeen, no debéis hacerlo vosotros. Reforzad las cosas que hacen bien y decidles que, con práctica, aquellas que no les salen también, mejorarán. Una forma de fomentar el interés de los niños, y que les motiva mucho, es preguntarles sobre lo que han hecho durante la sesión y por sus logros.

 

LA FAMILIA Y EL PROFESOR.

La familia y el profesor somos el principal apoyo del niño durante sus primeros años de vida y es muy importante que nuestras actuaciones vayan en consonancia, es decir, que sigamos una misma línea.

Los niños, aunque nos parezca mentira, son consciente de si existe algún enfrentamiento entre familia y profesor, e incluso lo utilizan como recurso para lograr lo que quieren. Por eso os animo, a que si hubiese cualquier problema (que espero que no lo haya, por supuesto) os pongáis en contacto conmigo para solucionarlo lo antes posible.

Y es que, nuestro principal objetivo tiene que ser que vuestro hijo o hija se encuentre lo mejor posible para lograr adquirir las destrezas necesarias para, en un futuro, aprender a nadar perfectamente (o casi).

De todas formas, si lo necesitáis, ya sabéis que estoy para lo que necesitéis.

Un saludo

Ana

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *