¡Por fin hemos terminado el iglú! Ha sido mucho más difícil de lo que pensábamos, pero al final, hemos conseguido lo que queríamos: poder meternos dentro para jugar y sentirnos como verdaderos inuits, incluso nos hemos abrigado mucho mucho para protegernos del frío. ¿Habéis visto a Moli?¡Él también se ha convertido en inuit!
UN IGLÚ EN CLASE (4 años D)
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